De ahora en adelante, ya no hablaremos de nuestros tratamientos

De ahora en adelante, ya no hablaremos de nuestros tratamientos

Publicado el 22 agosto 2016|Última actualización el 14 junio 2019|Sobre Reproducción Asistida.|Artículo revisado por: El equipo médico de Eugin

Me doy cuenta que muchas veces nos enfrentamos a la falta de comprensión de un entorno poco hábilDe ahora en adelante, ya no hablaremos de nuestros tratamientos. A los que me preguntan por dónde vamos, les contesto que dejamos obrar la naturaleza. Resulta complicado para mí porque necesito hablar de lo que me pasa, exteriorizar las dificultades con que me topo. La palabra me libera y me alivia. Pero me doy cuenta que muchas veces nos enfrentamos a la falta de comprensión de un entorno poco hábil. Me da la sensación que sólo las personas que han tenido dificultades reales para tener sus hijos entienden nuestro desasosiego. A veces me pregunto si lo hice bien de pregonar que necesitábamos ayuda para engendrar un bebé, aunque tampoco se lo haya dicho a cualquiera, ni a diestro y siniestro.  Si la persona se conformara con “no, todavía no hay niño”, no reaccionaría pero, por lo general, la gente es chafardera y ¡una pareja sin niños es sospechoso! Para demostrar que los estereotipos se resisten a desaparecer, por lo general mi interlocutor piensa que es cosa mía… Y estoy convencida que durante años, algunas mujeres se han sometido a tratamientos porque nuestra sociedad no podía admitir que el hombre también podía ser responsable. El día en que supe lo que íbamos a tener que afrontar, dejé de eludir las preguntas aunque me avergonzara de no poder tener hijos. Por más que entienda que no es nada evidente contestarle a alguien cuando se desconoce el tema, el silencio es siempre preferible a un: “Está en tu cabeza, piensas demasiado en tener ese bebé. Ya verás como viene” o “¡Pff! una FIV, no es nada, siempre funciona”. También llevo mal a las personas que me sueltan “Bah, tan grave no es, hay cosas peores”.  Es cierto hay cosas peores. No he perdido un miembro y no me he quedado minusválida, pero me pongo nerviosa porque la mayoría de las veces este tipo de reflexión viene de gente que se queja por nada.

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