¿Qué hacemos ante la azoospermia o la astenozoospermia?

Publicado el 10 febrero 2014|Última actualización el 22 octubre 2019|Sobre Reproducción Asistida.|Artículo revisado por: El equipo médico de Eugin

Cada vez más, la fertilidad de los hombres se ve afectada por “un empeoramiento progresivo de la calidad del semen”, en palabras de la Dra. Marta Trullenque, especialista de la Clínica Eugin. Los nuevos estilos de vida, el estrés o los cambios medioambientales, al margen de factores congénitos u hormonales, son algunas de sus causas. Según un reciente estudio de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular (SEQC), el 60% de los análisis de esperma presentan parámetros alterados, y alrededor de un 7% tienen una concentración de espermatozoides muy baja o nula.

Aunque son dos de las causas de infertilidad masculina más extremas, la reproducción asistida ofrece posibilidades para que los hombres con estas disfunciones puedan ser padres

Para poder realizar dicho diagnóstico es necesario tener dos seminogramas (realizados con dos o tres meses de diferencia) patológicos.
El caso más severo es la azoospermia: la ausencia de espermatozoides en el semen. En su manifestación más frecuente, llamada secretora o no obstructiva, los testículos no producen espermatozoides o lo hacen en una cantidad mínima. El otro tipo de azoospermia es la obstructiva: una obstrucción impide que los espermatozoides producidos en los testículos se unan al resto de fluidos que componen el semen, que es lo que ocurre en la vasectomía.
Sin llegar al grado de la azoospermia, en ocasiones la presencia de espermatozoides es muy baja (menos de 15 millones por mililitro), lo que se conoce como oligozoospermia.
Otra alteración común es la que afecta a la movilidad de los espermatozoides. Cuando el porcentaje de espermatozoides móviles en el semen es inferior al 32% nos encontramos ante un caso de astenozoospermia, que también disminuye las posibilidades de fecundar un óvulo.

¿Puedo ser padre con azoospermia o astenozoospermia?

Las disfunciones en la calidad del esperma son causa de infertilidad. Pero ¿significa esto que los hombres con azoospermia o astenozoospermia no pueden tener hijos? No necesariamente. Es más, en muchas ocasiones, hombres con alguna de estas disfunciones cumplen el sueño de ser padres gracias a la reproducción asistida. El primer paso ante una posible disfunción es un diagnóstico individualizado.
Para ello, primero se lleva a cabo una palpación testicular y, a continuación, se realiza un espermiograma, un análisis del semen que nos aportará mucha información. Un posterior análisis de sangre nos permitirá determinar si hay incidencia de posibles factores hormonales. Por último, la biopsia testicular una pequeña intervención que permite extraer una pequeña muestra de espermatozoides del testículo—servirá para completar el diagnóstico.
“Incluso cuando se diagnostica azoospermia secretora —explica la Dra. Trullenque— en el 60% de los casos puede haber producción de espermatozoides en alguna pequeña zona del testículo”.
Si el semen obtenido en la biopsia testicular es apto para la fecundación, se puede utilizar el propio esperma del paciente en un tratamiento de fecundación in vitro con micro inyección intracitoplasmática (ICSI). Es decir, se inyecta un espermatozoide dentro de cada óvulo. En caso contrario, siempre queda la posibilidad de recurrir al semen de un donante.
Ante una azoospermia obstructiva por vasectomía hay dos opciones: repermeabilizar los canales obstruidos o extraer los espermatozoides directamente de los testículos.
“Cuando menos tiempo haya pasado desde la vasectomía, más posibilidades de éxito habrá en la recanalización”, puntualiza la Dra. Trullenque. Si la vasectomía no puede revertirse, entonces se opta por la biopsia testicular para obtener los espermatozoides que se utilizarán en una fecundación in vitro con ICSI.
En el caso de la astenozoospermia, el objetivo es conseguir una muestra de espermatozoides con suficiente movilidad como para fecundar el óvulo. Obtenida esta muestra, se recurre, como en los casos anteriores, a la fecundación in vitro con ICSI.
Hoy en día, en las parejas con dificultades para concebir, el origen de la infertilidad se reparte al 50% entre hombres y mujeres. Sin embargo, como señala la Dra. Trullenque, “para ellos sigue siendo más difícil aceptar que pueden ser infértiles”. Aunque siempre existe la posibilidad de recurrir al semen de un donante, los actuales tratamientos de reproducción asistida ofrecen mayores posibilidades de éxito para que los hombres con azoospermia o astenozoospermia puedan transmitir sus propios genes a sus hijos.

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