Reproducción Asistida: ¿Cómo decirle a mi hijo que fue concebido de otra forma?

Publicado el 2 mayo 2014|Última actualización el 4 marzo 2022|Sobre Reproducción Asistida.|Artículo revisado por: El equipo médico de Eugin

Decir a un hijo que nació gracias a la reproducción asistida es una opción de los padres que tiene implicaciones tanto para ellos como para los niños
Tras haber concebido un hijo a través de un tratamiento de reproducción asistida, a los padres les puede surgir la siguiente duda: “¿Debo decirle a mi hijo que nació gracias a la reproducción asistida? ¿Cómo le afectará? ¿A qué edad y cómo debo decírselo?”. En España no es obligatorio revelar el origen de la concepción del niño, y son los padres los que pueden elegir si contarlo o no. Si deciden no contarlo, los expertos recomiendan tener especial cuidado en la comunicación del hecho a otros miembros de la familia para evitar que el niño sepa acerca de su concepción por alguien que no sean sus padres. En palabras del psicólogo francés Serge Tisseron, autor del libro El misterio de las semillas de bebé, “el niño corre el riesgo de desconfiar de sus padres si se entera por otra persona de que no ha sido concebido de forma natural”. Si por el contrario, deciden contarlo, existen varios factores a tener en cuenta: ¿Cómo y en qué momento hacerlo? ¿Qué reacciones provoca sobre el niño conocer la verdad sobre los orígenes? Existen varios estudios que lo analizan.

¿Cuándo contarlo a los hijos?

Según los expertos en reproducción asistida, hay dos momentos clave en los cuales el niño está más receptivo a la hora de entender sus orígenes. El primero es entre los 3 y los 5 años, cuando empieza a cuestionarse cómo llegó a este mundo. Algunos padres consideran que éste es el momento más adecuado, porque el niño puede asimilar su historia de manera más sencilla. Es la llamada “plantación de la semilla”: como el niño conoce y entiende sus orígenes desde pequeño, tiene la sensación de saberlo “desde siempre” y por este motivo ya no se lo cuestionará en un futuro.
El segundo momento clave se da entre los 10 y los 12 años, cuando el niño recibe la primera educación sexual en la escuela y comprende cómo se produce el embarazo. Es entonces cuando se le puede explicar por qué no era posible concebirlo de manera natural, pero de una forma más adulta. Según los estudios, es la estrategia del “momento adecuado”, porque aprovecha el momento en que el niño aprende temas relacionados con la vida, las relaciones sexuales y la concepción.
Los estudios subrayan la importancia de no esperar a la llegada de la adolescencia, a partir de los 13 años, puesto que se trata de una edad en la que empieza el proceso de constitución de la personalidad y aportar esta información en este momento podría ser negativo. < h3>¿Qué historias pueden ayudar a contarlo?

Para los niños más pequeños, las fábulas o cuentos son el recurso más adecuado para contarles la compleja historia de sus orígenes. En palabras de Tisseron, “cuanto más difícil de abordar es un tema, más importante es tratarlo lateralmente. Las fábulas y los cuentos introducen el tema con el ritmo adecuado para el niño, de modo que los padres pueden explicarlo sin tener que relatar su historia personal”.
En cualquier caso, existen muchas maneras de contarlo y se trata de que cada uno encuentre la que le sea más conveniente según su forma de ser y el carácter y necesidades del niño. “Algunas de nuestras pacientes utilizan sus aficiones para contarlo a sus hijos”, afirma Laura Venereo, psicóloga de Eugin. “A las que les gusta la fotografía, utilizan este medio para explicarlo. A otras se les da bien la escritura, y escriben un diario que después les servirá para explicar a su hijo cómo fue concebido”, afirma.

Implicaciones para los padres

Y es que decidir contarlo o no a los hijos es una decisión muy importante para los padres. Cuanto más seguros estén ellos y más lo hayan hablado previamente con la propia pareja o con psicólogos, más fácil les resultará transmitírselo a los hijos.
“Cada familia es diferente, así como cada niño también lo es”, explica la psicóloga. “La decisión de cómo informar al niño podrá sostenerse en la curiosidad que éste tenga y en las preguntas que él quiera formular, sin dar un sobre exceso de información, dándole así la oportunidad de que él mismo construya su propia historia”, concluye.

Referencias

Mac Dougall, K., Becker, G., Scheib, J., Nachtigall, R. Strategies for disclosure. How parents approach telling their children that they were conceived with donor gametes. 2006. S. Paul, Marilyn, Berger, Roni. Topic avoidance and family functioning in families conceived with donor insemination. Human Reproduction, 2007. Turner, A.J., Coyle, A. What does it mean to be a donor offspring? The identity experiences of adults conceived by donor insemination and the implications for counselling and therapy, 2000.

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